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François Bienvenu, un demostrador del siglo XVIII

François Bienvenu (1758-1831) es un ejemplo de los demostradores ambulantes que recorrieron Europa con experimentos e instrumentos de física experimental y química.

Una muestra de la variedad de espacios en el que se produjo la propagación de saberes relacionados con la ciencia es ofrecida por la sorprendente biografía de François Bienvenu (1758-1831). En la década de 1780, Bienvenu trabajó como constructor de instrumentos de física y matemáticas y diseño diversos aparatos de vuelo (uno de sus modelos se considera un precursor del helicóptero), un nuevo método para producir “aire inflamable” y un “cañón aeropneumático” que disparaba “12 tiros por minuto”. En su taller de París, Bienvenu impartía también cursos nocturnos sobre los diferentes fenómenos de la electricidad y los fluidos pneumáticos. En julio de 1787, anunciaba que mostraría en sus clases “las experiencias más importantes hechas sobre la luz, las diferentes especies de aire y la electricidad”, junto con otros fenómenos “muy curiosos, destinados a las damas que desearan seguir su curso”. Por razones desconocidas, Bienvenu tuvo que dejar París y convertirse en un demostrador ambulante de física experimental. Sabemos que visitó varias ciudades francesas (Tours, Bourdeaux, Toulouse, Marsella, etc.) y que, más adelante, llegó a los estados italianos y a España.

Diario de Madrid, 19 de julio de 1797

En varias ciudades italianas repitió los experimentos sobre la síntesis del agua, por lo que se dirigió a Lavoisier para pedirle consejo acerca del mejor modo de construir los gasómetros. Bienvenu realizó varias sesiones en un teatro de Venecia junto con Vincenzo Dandolo (1758-1819), uno de los más activos difusores de las nuevas ideas en Italia, al que volveremos a encontrar en el capítulo VI. Sus experiencias levantaron una fuerte expectación entre las clases instruidas y dieron lugar a una polémica en la prensa cotidiana en torno a la interpretación de los experimentos sobre la composición del agua. En marzo de 1794, la condesa Siliva Curtoni señalaba que estaban “actualmente todos enfrascados con la química después de las reuniones físico-química del señor Bienvenu” [ …]   y que “no se hablaba de otra cosa en las conversaciones más que de la célebre experiencia de descomposición y de recomposición del agua”. En 1797, Bienvenu se dirigió a España e impartió cursos en Madrid, Barcelona y Valencia.

Diario de Valencia 7 de julio de 1798

En el Diario de Valencia de julio de 1798 , Bienvenu anunció las sesiones nocturnas que debía realizar en los días siguientes. Tras enumerar los temas que se tratarían en las ocho sesiones previstas, se hacía saber a los lectores que se ejecutarían “varios juegos matemáticos y fuegos de artificio, sin pólvora, azufre, humo, ni olor, inventado por el mismo profesor” advirtiendo que en “la combustión de los cuerpos manifestará una luz, que producirá una claridad igual a la que dan tres mil bujías encendidas”. Se añadía además que “todo es física experimental” por lo que “pueden concurrir los Señores Eclesiásticos sin recelo”. Más adelante, parece que volvió a Francia, intentando en vano instalarse en París. Lo encontramos en Viena donde pidió en 1808 autorización para realizar demostraciones de física en un teatro de la capital imperial. También hay referencias a sus actividades entre mayo y junio de 1811 en Rotterdam, donde seguía todavía anunciando la realización de la combustión del hidrógeno por la chispa eléctrica, lo que es una prueba de la curiosidad que estos experimentos provocaron entre grandes sectores de la población. Resulta también indudable que las repeticiones de los experimentos de composición y descomposición del agua realizadas por personajes poco conocidos como Bienvenu (y por tantos otros demostradores ambulantes de la época cuya biografía no ha sido rescatada del olvido) debieron contribuir decisivamente a combatir la difundida opinión de que el agua no era el líquido elemento.”

Más datos sobre Bienvenu en Suay-Matallana, I., y Bertomeu Sánchez JR. «François Bienvenu y la popularización científica en la Ilustración: demostraciones experimentales, entretenimiento y públicos de la ciencia». Ensenanza de las Ciencias 34, n.o 2 (2016): 167-84. http://www.raco.cat/index.php/Ensenanza/article/view/309285/399264.

M´ás detalles en José R. BERTOMEU, Antonio GARCÍA, La revolución química: historia y memoria, Valencia, PUV, 2006.

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